Recuerdo patente a yesica.
Ella era mi vecina del departamento de 27.
Me fascinaba ir a su casa siempre tan limpia
Y con olor a muebles encerados.
La onda era el color caoba oscuro
No sé si es que en los 90
Estaba de moda
O si era demarcación de clase.
No creo pero me quedo con la duda
Generalmente esos mambos con la madera
Para mi que son heredados
Al estilo planchar la ropa.
Aunque a veces es necesario
No lo niego
Quitar algunas arrugas de las camisas
Hacer algo con eso que se ve mal.
Me acuerdo de esta piba yesica
Su papá era profe de matemáticas
Lo recuerdo más que nada
Por la ropa que usaba
Recuerdo también el olor de su casa
Y su familia perfecta
Jugaban algunos viernes
En familia
A la casa embrujada
O no se qué
Y yo desde mi habitación de al lado
Tenía fantasías
de rincón de Luz
Escuchaba risas
Sustos
GritoS
No se si quería
que me inviten
Que me adopten
o si un poco de miedo me provocaba
O si todo eso formaría parte
De insumos para las fantasías
maternales que tengo post treinta
También recuerdo otra
Vecina
Pero de otro barrio
Más campo era el contexto
La historia no está buena tampoco
A la piba esta
Le aburría jugar conmigo
Un día me mintió
Y yo vi desde arriba del árbol que
Estaba en otra
Con otra piba
Y que no me habían invitado
Ese día termino esa amistad.
Hace un mes más o menos
Me la encontré de nuevo
a esta piba en el supermercado
Obvio que me acorde de esa anécdota
Y pensé que hubiera sido lindo otro desenlace.